29 de enero de 2013

Seis.



Queridas pequeñajas mías,

Hace 6 años, a las 7:30 de la mañana, con toda mi ilusión plegada en una bolsa de bebés repleta de ropita que os puse dos meses después, me marchaba al hospital. Tranquila y sin dolores, es lo que tiene las programadas. Pero consciente, dentro de mi gran ignorancia, que cerraba la puerta a una etapa que jamás volvería.

Hace seis años ya. Y parece que fue ayer, cuando medio zombi y anestesiada oí llorar con pocos minutos de diferencia a dos bebes minúsculos.

Pese al atontamiento severo que sufría, y con dudas de que el ginecólogo, enfermera o auxiliar hubieran emitido aquel sonido, pregunté si eran mis hijas las que lloraban...sí, soy muy dada a preguntar cosas absurdas en momentos únicos.

No os pusieron sobre mí nada más nacer, me hubiera encantado, y cuando os vi por primera vez ya estabais con gorro y arrulladas...qué pequeñas erais...

Tres horas después, impaciente por volver a veros, me dijeron que una de vosotras estaría dos horitas en neonatos...fueron 15 días.

Para eso no fui preparada. Volver a casa con una sólo no había entrado en mis planes, ni de lejos.

Lo pase mal, pero sobre todo pensaba cómo podrías estar tú sin tu hermana, la que te había acompañado durante tus 36 semanas de vida...y sin mí. Aún hoy tengo ese sentimiento de culpa, de abandono involuntario.

Ayer, cuando os sacaba a peso del coche porque os habíais quedado fritas, me di cuenta de lo que pesaban los seis años...y de lo que medían y mientras subía en el ascensor pensé esa frase tan de madres...qué rápido ha pasado el tiempo.

Cada día que pasa me sorprendéis más. Como cuando la semana pasada una de vosotras me confeso que quería tener un blog para escribir sus historias y colgar sus dibujos, lo haremos, claro que sí, me pareció una idea estupenda. O cuando os inventáis coreografías. O cuando me razonáis como niñas en el mundo de adultos. Cuando cantáis a dúo. Cuando reís, cuando me abrazáis...


Gracias a las dos, gracias a la vida...gracias Elena y Lucía por estos seis años de felicidad.





21 de enero de 2013

Las rebajas


Las rebajas...esas gran desconocidas.

Antaño me consideré la reina de las rebajas. La reina del macro centro comercial y del pequeño comercio. No existía  rincón que mi visión no barriera, de un fogonazo. Tenía un don y encontraba la ganga aunque estuviera oculta entre la Nueva Temporada, por error, descuido o un hecho intencionado. Te lo juro.

Desde que soy madre. Desde que mis hijas andan, no sé lo que son. Y lo sufro. Mucho. Mi bolsillo más.

Los grandes almacenes tienen algo, todavía no lo he descubierto, que enloquecen de forma anormal a mis pequeñas. Por regla general se comportan de forma regular (no me ciega la maternidad, me ciegan las dioptrías) y siendo mediana su acción, mi reacción es acorde.

Nada más llegar, ya en las escaleras mecánicas, el bordillo estático de las mismas ejerce una fuerza de atracción sobre sus culetes, terrible e irrefrenable a partes iguales. Por lo que subir con ellas es avanzar con unas niñas que tienen los pies tres escalones más arriba que el trasero, así hasta que mi reacción deja de ser armoniosa.

Una vez que llegas a la tienda X  (bien podría ser Z) los burros, los estantes y los bajos de las mesas son toboganes, unicornios de colores y lluvia de confetti, yuju.

Desde ese momento, hasta el momento que salga caminito al coche, al grito de arreando, el tono de mi cara será burdeos y mi ojo izquierdo parpadeará de forma independiente y autónoma al de mi ojo derecho.

Intentar cambiarlas en el interior de los probadores me ayuda a practicar idiomas, como el de las ballenas. Mientras que desvisto a una, y aprovechando que tengo la vista ocupada en tan noble tarea, emito un grito, con diversa frecuencia, vibración y suspiro. La onda sonora localizará a la otra. Detectará movimientos reptadores bajo el probador del fondo izquierda y me dirá que es mi hija. Acto seguido, o grito seguido, la onda sugerirá de manera efectiva a la niña que vuelva al redil...o al probador número uno o punto de partida.

Tras dejarte el orgullo y la dignidad en los probadores, te marchas a la zona en la que los ojos se te salen de las cuencas y salivas como el perro de Pavlov ante tanto must have que doesn't have tu armario.

Al cabo de diez minutos de repaso fugaz, de vestirme y desvestirme a la velocidad de la luz y de descuidar  unos minutos la atención a mis fieras hijas, que han decidido nadar estilo crol, braza y mariposa por el suelo de los probadores, yo ya no tengo niñas, tengo dos pelochos, de tanta pelusa adherida.




Señor Amador Ortiga, los suelos de sus tiendas se los niquelan mis niñas...una  oferta especial por evitar el desgaste de sus aspiradoras no me caerá, ¿verdad?




15 de enero de 2013

El evento.

Soy virgo. Y desde que tengo uso de la idiotez más severa,  me creo todo lo que nos caracteriza a los nacidos bajo este signo zodiacal, ya seas de tu padre y de tu madre, sólo porque las estrellas lo quisieron así.

Los dones de un buen virgo, queridos amigos, entre muchos, son la capacidad de organización y su mente analítica y práctica. Nosotros no tenemos tareas por realizar, tenemos un cuadrante de excel con celdas de colores, alegres los hechos y tristes las que no.

Una de las cosas que más me gusta en esta vida es organizar un evento, por muchos motivos, entre muchos, por el estrés generado, que me permite quejarme de lo cansadísima que estoy y la de reacciones alérgicas que me genera...ay lo que me gusta.

Otra, es que me encanta aplicar un protocolo a todo, y el todo al protocolo.

Pues bien, se acerca el cumpleaños de mis hijas...y me están quitando el puesto. Y no son virgos. A no ser que sean dos excepcionales virgos de enero.

Desde hace una semana me están marcando la agenda, me están indicando el número idóneo de invitados (que es inferior al que yo había pensado razón por la cual voy a acatar a rajatabla), el lugar de celebración y la animación.

El tema de conversación normal en el ascensor, mientras se miran al espejo cuando hablan para marcar  la fuerza de sus palabras son:

-Mamá, lo importante no son los regalos...
- Ajá... (digo con el corazón en el puño y un nudo en la garganta).
-No, lo importante es la fiesta...¿y sabes lo mejor?
-No (digo casi con un hilo de voz...cómo las he educado madre, qué valores...)
-Lo mejor de ella es la diversión, sí -dice mientras que sonríe a su imagen.
-(Trago saliva)
-Y la diversión me la dan los regalos.
-(Mátame camión).

Al hilo del monotema, mi otra hija sugiere sus posibles invitadas. La razón de invitar a dos de ellas es porque son enemigas acérrimas. Dos "lideresas" incompatibles. Dos fieras de polos opuestos. High voltage, no mezclar. La razón. El inmenso corazón de una de mis hijas...que mientras se mira al espejo del baño me confiesa, lágrima en ojo y labio tembloroso:

-...porque quiero que sean amigas. Porque en esta vida lo más bonito es la amistad.

Creedme que estoy curtida en las interpretaciones de este par de artistas, pero en esta me están dejando muda.

El colmo de la organización vino cuando Coletillas, convencida de tener el as de su fiesta en su diario guardado, me pidió que leyera en alta voz la siguiente invitación:



Lo hice lo mejor que pude. Carraspeé, hice unas cuantas gárgaras y entoné mi mejor voz. En alguna estrofa decidí poner acento japonés, porque lo pedía la frase.

Cuando terminé, explotó en sollozos y me dijo:

-Yo no quería poner eso!!!

Insto desde aquí al desarrollo de su escritura que florezca ya, porque esta niña se me deprime.


14 de enero de 2013

El armario.



Yo no sé a vosotras, pero a mí me encanta tener mis armarios ordenados. Pero lograrlo me mata. Y una vez muerta, me remata, a lo Walking Dead.

De todas las tareas que tenía apuntadas para hacer en mis vacaciones tales como:

-Sacar el ebook de su caja y si eso, trastearlo.
-Levantarme al trino de Nicole (nueva mascota de mis hijas, que al igual que su predecesor, es pajarito con pluma y posible estrella del desfile del orgullo)
-Poner al día mi reader.
-Escribir, escribir y escribir.
-Pasear lúdicamente por el parque tras desayunar en una terracita al sol.
-Ordenar armarios.

Sólo he cumplido el segundo. Porque yo no tengo a Nicole en una jaula, tengo a Pavarotti reencarnado en pajarito. ¿No os parece una delicia? Pues en vacaciones y a las 7:30 no. Os lo juro.

Ea pues, una vez incorporada a la rutina (esa gran destructora de almas ilusas), la ojera de vuelta en sus bolsas y el vivir en un ay continuo he decidido hacer, todo lo que teniendo tiempo de sobra no hice. Yo funciono así.

El precioso armario empotrado doble de mis hijas tenía un león dentro. Y si no era un león era un monstruo, porque a mí, abrirlo, me ponía al límite de la desesperación y de la pérdida total del karma. Me llegó a secuestrar mi tercer chacra, desequilibrando mi emoción, mi equilibrio y mi más mansa realidad.

En mi casa tenemos instaurada un monarquía como la de los reyes católicos, ya sabéis, tanto monta, monta tanto. Pues bien, los días en lo que tocan tareas domésticas, no penséis mal, mentes calenturientas, yo plancho y mi marido guarda.

Andaba yo confiada en el buen guardar y plegado de mi marido, ay misera de mí, ay infelice, y me acordé de la reina Isabel...hija mía, como Fernando te plegara Castilla como a mí la ropa de calle, Zamora la tendríamos hoy en un rincón cualquiera de Aragón, con todos mis respetos a esta bella comunidad.

Hete aquí, que cuentas hasta cinco, hiperventilas, vuelves a contar hasta 5 pero más lento y te dices, condosgüevos, frase que te motiva de la manera más absurda y certera.

Abres la puertas, las cierras, vuelves a respirar y empieza la batalla.

Dos temporadas, dos, se acumulan en perchas y cajones sumado al caótico Aragón perdido entre las Castillas.

Te puede la pena, el sentido del orden te levanta y sigue la lucha.

Lanzas a puerta el pantalón, pliegas el peto, metes en bolsas tres pares de pijamas, Huesca la doblas sobre Zaragoza y la alejas de Portugal, seleccionas ropa de uniforme sin manchas de tinta china y colorante alimentario imborrable por siempre jamás y la ordenas por tono y grado.
Te emocionas con el disfraz de pastorcilla, te recreas en el traje de portadoras de anillos, haces unos cuantos flashback al vestidito de piqué y terminas. Final de partido con resultado favorable a mi empeño.

Y un deseo más...a partir de ahora que Tanto planche y Monta guardará...¿qué no?


9 de enero de 2013

Paquita Cuchillos vs Meteoritón.



En el último episodio, Paquita no dudó en desvirtualizarse y mostrar al mundo un día normal de su entrenamiento cotidiano.

Ser heroína no es gratuito y manejar un carrito sideral requiere de fuerza, maña y destreza sin igual.

Mientras tú y yo nos reíamos de los mayas y de sus predicciones, esta dama de la oferta y la ocasión, volaba camino a Saturno, con velocidad ultrasónica y un único destino en su ordenador de a bordo: El meteorito.

A la permanente de Paquita, al rulo de alta generación instalado desde su imposición como heroína de bien y de pro le dejaba el rizo sensible a cualquier alteración anómala, y desde hacía varios meses, sufría de encrespamiento severo y puntas abiertas. Tal circunstancia no podía deberse a otra tal que un meteorito con ganas de estrellarse contra la faz de la tierra.

Nuestra particular heroína, sabía que la llegada de ese meteoroide sería la forma más eficaz de terminar con la K.R.I.S.I.S, una de los terribles enemigos de los humanos. Pero, aunque Paquita es radical y tajante, como su propio apellido muestra, veía la solución a todos los males pelín brusca y polvorienta. Y si hay algo que no soporta, es el precio abusivo y el polvo. Cada uno es libre de tener sus manías.

Camino a Saturno, llegando a Júpiter nada más pasado Marte divisó Paquita la estela destructiva que ya algún maya, con poderes similares a ella, detectó.

Un silbido atronador anunciaba la inminente llegada del meteorito. Nuestra heroína, en una de sus misiones más difíciles de su reciente historia, era consciente de su peligrosa empresa, pero nada se le resiste a nuestra permanentada amiga, y en su largo viaje a años luz de su barrio, pudo elaborar la estrategia para combatir a la gran roca voladora. Le daría el alto y lo amenazaría con la pérdida de 6 puntos del carné por superar en varios años-luz la velocidad permitida y el agravante de conducción temeraria.

Salió al paso del aerolito, sorprendiendo con rapidez meteórica a su rival, quien sólo pudo articular qué susto mas dao, morena, interrumpiendo su carrera con destino final en  la Tierra.

Tras un diálogo animado y un café, mientras sentaban sus cansados cuerpos sobre los anillos de Saturno, decidieron, de forma pacífica y consensuada, variar el rumbo del aerolito y hacerlo virar unos grados con un leve y estratégico carraZAS!.

Y así ocurrió. Si eres uno de los que se contruyó un búnker, si eres de los que se subieron a la montaña francesa para evitar el mal del temido impacto, no culpes al mal atino del pitoniso maya...la culpa de que tú y yo estemos con los pies en la Tierra la tiene ella...Paquita Cuchillos porque sólo ella, su carro,y su permanentada inteligencia podrán vencer a la K.R.I.S.I.S.




3 de enero de 2013

Mi primera entrevista...chispas!!




EXTRA EXTRA la del clavel entrevistada!!!

Para mí el 2012 ha sido un año estupendo, en el que he conocido un mundillo 2.0 que me apasiona y en el que he conseguido muchíiiiiisimo más de lo que me propuse cuando empecé este  humilde blog.
Comenzar el año con una entrevista por los encantadores señores de mundobebes ha sido un estreno y entrada deluxe en el 2013.

Para poder leer la entrevista tendréis que pinchar aquí.

¡Muchísimas gracias a tod@s!

2 de enero de 2013

La cabalgata


...Sí, hace ya muuuuchos años, unos Reyes Magos oriundos de Oriente, llegaron a un pesebre guiados por una estrella que los dirigió a lo largo de todo su largo camino...de ahí a cómo ha derivado esto en roscón y cabalgata sólo hay que aplicarle años de por medio y la mente humana.

El año nuevo comienza y con él los buenos deseos para hacer de este año, que de entrada pinta feo para cualquier supersticioso o entendido en economía doméstica, un año llevadero.

Para aliento de nuestro hígado y estómagos con fatiguita de tanto polvorón y moscatel, solo queda una fiesta. Pero atención, oh padre empachado, la que queda es la madre de las fiestas y requiere entrenamiento y una buena dosis de sal de frutas.

Para empezar, sé precavido. No dejes para comprar mañana lo que puedas encargar hoy. O lo que viene siendo lo mismo, no te esperes a la mañana del 5 para buscar el regalo perfecto, porque lo habrán vendido.

De ti, oh madre amante de la buena cocina y de la bollería fina, que has conseguido varios kilos de más gracias a la bandeja de dulces navideños que de forma estratégica has colocado en la mesita del recibidor para que a cada pase le marques estocada y cortes turrón y alfajor dignos de paseíllo y salida por puerta grande (por la pequeña ya no coges) no se espera que amases roscón, déjalo para los expertos y ríndete a otros menesteres.

La elección en la compra de roscón es una tarea que no debes descuidar. El roscón además de bueno tiene que tener regalitos, y cuanto más mejor. Así evitarás comerte tres trozos de roscón en busca del tropezón en forma de colgante-cisne de plástico, que será feo, pero qué ilusión da encontrarlo...y ardor.

El corte del roscón debería estar normalizado con unas pautas severas de comportamiento cívico en las que como norma fundamental se prohíba el corte aleatorio hasta encontrar obstáculo. El roscón se dividirá en tantas porciones como comensales presentes y su corte estará regido por una medida y proporción de caloría y miga idéntica, sin más intenciones...ocultas.

Antes y como excusa a tan calórica actividad, usted habrá perdido parte de su turronosa masa manejando sobre sus hombros a una niña de 22 kilos. Sí. En la cabalgata hay gente. Alta. Y siempre los tendrás delante.

Este día, en este momento y sólo en él, amarás a la crisis que ha reducido la cabalgata a la mitad, porque, en esa hora de desfile llevarás sobre tus hombros a tu retoña en los momentos críticos, léase, pase de Melchor, pase de Gaspar y pase de Baltasar y eso no hay flojo que lo aguante.

Querido padre novel y primerizo en estas lides, si tu última cabalgata la disfrutaste de mozuelo, en esta nueva etapa aprenderás a:

-Esquivar con un leve movimiento de cintura los caramelos metralleados sin compasión por los pajes de sus majestades ya que tus manos estarán ocupadas protegiendo piezas dentales de tus pequeñas.
-Lanzarte en croqueta bajo las piernas del respetable a por un par de caramelos para tus niñas.
-Comprobar que aunque llegues antes, la hábil mano de un infante te quitará de tus viejos dedos el trofeo en forma de palote.
-Sacar la legua y poner tu gesto-gollum al ladronzuelo de dulces, mi tessooooroooo Smigol.
-Levantar los brazos a lo Iker esperando parar una gominola. No te engañes, ni tienes caza mariposas por manos ni serás la más alta de tu zona.
-Alquilar sillas para el próximo año.

No me queda más que desearte la mayor de las suertes y recomendarte que seas prudente en la ingesta de roscón, el día 7 y sucesivos te lo agradecerán.