31 de agosto de 2012

A vintage girl.



Yolandica por cortesía de La madre novata


Querido Ajax Pino,

Lo nuestro es una historia de amor, del romántico, del bueno, del que dura y a pesar de las infidelidades volvemos a estar juntos.

Sabes que lo que tengo con la Nocilla es pasional, un estilo a lo que tiene Anastasia con el de las sombras y los azotes...lo mío con la crema de chocolate y avellanas es sadomaso y soy consciente, me da donde más me duele, pero me gusta tanto...
Sé que durará lo que dure la química (del bote en cuestión)...o lo que tarde mi dieta en volver, que está apuntico hacerlo.

No, lo mío contigo es diferente, desde aquel día en que te descubrí siendo pequeña-mocita y me ofrecía a limpiar a mamá los baños ¿recuerdas querido Ajax?

Eramos uno, tú, yo y el estropajo y a disfrutar como si no hubiera un mañana dándole al lavabo y al váter sin piedad y sin miedo....

Pero el tiempo, la ciencia y los anuncios llegaron a mi vida, y te olvidé.

Primero por un calvo, al que dejé por el primero que me encontré en el súper, sin dudarlo y en una demostración clara de chulería y de querer más. El pobre lo perdió todo, sufrió con nuestra separación: la pelusilla que cubría su despejada azotea; su músculo...hasta su nombre...ahora se hace llamar Don Nosequé...pobre, él que presumía de ser americano y era mister y todo...

Me perdí en el mundo del producto y me dejé llevar...los caté a todos, daba igual el color: azul, verde, blancos... pero nada saciaba mi sed de experimentar con más. Sé que mis sanitarios sufrieron tanto cambio como nadie...pero estaba ida, perdida en la lujuria de los mixtos de lejía y amoniacales...

Un día, mientras caminaba por una pinada me vino tu aroma...aquel fresco aroma que me llevaba a épocas pasadas, a una mejor...en la que formamos un equipo único. Y lloré, creo que verde, como nunca lo había hecho por un producto antes, te echaba de menos.

Esta última semana en la que juntos, tu y yo, hemos dejado la casa como un jaspe, y lo hemos hecho por todos los lugares, el mármol de  la cocina, las sillas, la mesa, la lavadora, las persianas, los azulejos, mis sanitarios...hasta mi galansote verde manzana ha recuperado su color...ains...me has dejado muerta...pero llena de tu embriagadora fragancia. 

Ayer, sin ir más lejos, me di cuenta que formabas parte ya de mis fosas nasales, al descubrir que la lluvia fresca me huele a ti, amado Ajax pino; el garaje de casa o el aire de la mañana, eres mío, como siempre quisiste ser.

Sabes que no prometo nada, pero vivamos esta nueva época en la que tiempo y la experiencia nos ha unido para disfrutarnos y amarnos como nunca.

Mientras sigues en el bote, seguiré aspirando el fresco aroma apinado y amoniacal que has dejado en mi hogar...en nuestro hogar.

Toda tuya, una chica que no duda declararse viejuna por el amor que te profesa.

PD: Te envío un retrato para que te acuerdes de mí en tus oscuras noches en el armario de las escobas...y para que no te líes con la fregona a mis espaldas...

Tu vintage girl, 

Yolandica.








27 de agosto de 2012

El final del verano.




Sí, ya huele a eso,al final del verano... que por fin...llegó.

Sinceramente, creo que nunca me había alegrado más. Y soy consciente que en menos de quince días maldeciré mis palabras, pero así es una, de contradecirse y esas cosas.

Huele a recogida, a tormenta, a lápices y a madrugón.

Sueño con el fresquito de las mañanas...y de las noches, al solitario café de mis madrugadas y a desear que las vacaciones de agosto vengan pronto, si los mayas y su pronóstico no lo impiden antes (pues no soy yo nadie contradiciéndome).

Como todos los años, con propósito de enmienda...este año me organizo las noches, las tardes y mis días..si será por ilusiones...que se comerá septiembre en medio bocado y en menos de un día.

Vuelvo de vacaciones con tres kilos más, una maleta repleta de ropa que no me he llegado a poner y un coche que decidió descargar su batería justo en el momento que lo habíamos cargado de los tristes bártulos de la vuelta, que suelen ser el triple que de la ida.

Este verano, por cortesía de la crisis,  nos hemos quedado con mis padres en la playa, como novedad trajo un abono de temporada en un parque de atracciones, hospedó en mi ojo izquierdo un tic reacio a abandonarme, me regaló alguna salida romántica, me obsequió con varias quedadas con bloggeras de bien y me bendijo con la compañía de mis mejores amigos.

Mi turné por todo parque de atracción que se precie, ya sea de cocherito-leré o acuático terminó por la puerta grande, como los toreros y en pleno Benidorm y gracias al cubazo de agua de una atracción infantil la braga de mi bikini decidió ofrecer al tendido un vaporustedes al grito de olé.

Berrinche y Coletillas se han encargado de la canción del verano...con poco misterio su éxito, de tonillo cansino, repetida hasta la saciedad y de letra pegadiza: "Mama maburro", a todas horas, por la mañana, por la tarde, por la noche, durmiendo, en el coche, en la gloria o en pleno tobogán...

Mi paciencia, pobre, no pudo soportarlo más y me dejó, me abandonó, se fue por patas y me dejó la muy ladina dejándome al tic bailando como un tarimero de polígono endrogao en lo más alto de mi párpado izquierdo.

He vivido un mes en la más absoluta y total de las ignorancias, y creo que eso me ha hecho engordar (eso y las cervecicas, las tapas y otros manjares de guardar). Nada que un poco de actualidad y una miaja de dieta no puedan solucionar, lo que me hace recordar que tengo que comprar fibra, porque tanto las noticias como mi régimen me estriñen.


El verano se marcha por donde vino (bueno no, que vino por primavera y se va por otoño)  y como viene siendo habitual desde que nací, se llevará una cifra de mi añada y me sumará una más.

Aquí te espero 29 de agosto, sin miedo alguno... no te temo ni a ti ni al año que me traes, que soy como el vino del malo...peleona... toda tuya.










13 de agosto de 2012

La gloria



La genética, a veces puñetera, me ha sonreído en esta ocasión.

Mis hijas son de fácil mareo. Y creedme que a la hora de viajar lo odio, porque como vomite una, como vomite, empezamos a hacer la ola en plan cascada en el coche, en todo un visceral homenaje a las cataratas Victoria, por babor, estribor y proa...ains.

Por esta razón, hasta ahora me había librado de algo, los parques de atracciones.

Mis hijas hasta este verano veían un carrusel, sonaban cuatro canciones del verano a la vez o las cegaban  unas luces de colores y su reacción ante tal estímulo era NADA. Y yo respiraba, porque los viajes en carrusel están más caros que viajar en business y porque con el tiempo mi buen gusto por la música me ha hecho intolerante a cualquier canción de verano, por lo que una sobredosis me podría volver mu loca, señores.

Ay, aquellos maravillosos años.

 Este verano, pese a sus mareos y sus miedos no ha habido más remedio. En su mundo de cinco años, en una urba que tiene cerca (entiéndase cerca varios kilómetros a la redonda) un parque de atracciones no eres nadie si no tienes el abono.

Tomamos la decisión tras someternos a un duro entrenamiento de valor y coraje. Tras encerrarme en una habitación, con la tenue luz de una vela y el sonido de mi aaaammmmhhhhhhhh interior que me decía:
Yolandica, tú eres fuerte.
Yolandica, el Teló es sinfonía, adagio,sonata y Georgie Dann másaaaaammmmmhhhhh.

Determinar qué abono hacer es una tarea difícil. Requiere de dos noches de discusión con la almohada:
Almohada -Que te digo que es mejor el mensual...
Yolandica - Qué sabrás tú, saco de algodón, el de temporada sale más barato.
Almohada - A mí no me ofendas, saco de carne, el del día ni lo pienses.
Yolandica -A que lloro y te mojo, desagradecida, yo que te regalo sueños todos las noches. El de temporada a la una...
Almohada -¿A que te pongo dos pesadillas esta noche...?
Yolandica -...el de temporada a las dos...-sorda de razón.
Almohada -...después vendrás con tus lamentos...-sobrada de razón.
Yolandica -...el de temporada a las tres- hala!

Y así, de esta forma tan tonta, dejé de hacer caso a mi hasta ahora consejera, la almohada, para hacer caso a mi sinrazón, porque por ella y sólo por ella, tengo hasta noviembre fines de semana de atracción y diversión - yupihey, y canciones del verano en bucle en mi ya dañada mente.

La atracción preferida para mis hijas es "la gloria" , la noria para el resto de los mortales. Bajan dando traspiés y blancas como la cal al grito de yupiarghhhh. No hay dolor que les frene.

Ocurrió en la noche de ayer, de repente, empecé a notar un escalofrío, el frescor de la premonición me hizo mirar de soslayo al marido y a cámara lenta, para dar más profundidad al momento y al grito de noooooooooooo con  esta cara de espanto 
 descubrí  que miraba con recelo la montaña rusa.
 
Acto seguido,  me veía subida en el cochecito, dispuestos a subir a la cima cosaca. Recé lo que me salió en ese momento, tres avesmarías y un gloriaalpadre. Agarré con fuerza el bolso con mi izquierda, mientras abrazaba a mi peque con la derecha, resoplé y grité: mamáaaaaaaaaaaaaa.

La recordé en la subida, en la cumbre y en tres de las bajadas.
También nombré  al ingeniero que la inventó, al herrero que la forjó y al feriante que la montó, y recé por su buen hacer.

Resultado de la aventura rusa: 
- Pérdida de mi dignidad, de mi voz y de mis siete chacras, creo que se me cayeron en el tercer giro tras la primera bajada.
-Nos pernaron las tiemblas, y a mi no me engaña, al marido también.
-No hubo necesidad de buscar aseos, Coletillas se mareó y por eso se hizo pis en la segunda bajada.
-Siguen pensando que la gloria les gusta más, a mí también, saludando desde el banco.